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Gracias a un examen completo de la vista contando por supuesto con el autorrefractómetro , hoy en día se pueden detectar los problemas refractivos más comunes. Pero además un examen visual completo permite diagnosticar enfermedades graves, a tiempo, que pueden causar una pérdida irreversible de la visión (o incluso ceguera).
Cuando acudimos al oftalmólogo para un examen de este tipo, sabemos que se trata de un procedimiento sencillo, que tarda unos minutos y que sirve al especialista para obtener información sobre nuestro diagnóstico y sugerirnos así el mejor tratamiento.
Pero, ¿te ha surgido alguna vez la curiosidad de saber cuál es la máquina en concreto que se encarga de medir la graduación de la vista? Aunque el especialista puede utilizar diferentes técnicas para explorar la vista del paciente: retinoscopio, topógrafo corneal, foróptero, optotipos, etc., hay una de la que hablaremos hoy en este post… ¡El autorrefractómetro!
Normalmente la graduación de la vista se realiza mediante dos tipos de prueba: exámenes objetivos, donde se toman valores orientativos mediante técnicas que no requieren la respuesta del paciente como apoyo; y subjetivos, en el que se toman valores teniendo en cuenta la consideración del paciente.
Dentro del examen objetivo, una de las técnicas que más se utilizan es el autorrefractómetro. Esta máquina calcula el valor de la refracción de cada ojo de una forma simple. El paciente se sienta y coloca su barbilla correctamente en la máquina, observando una imagen que se desenfocando. El autorrefractómetro analiza el momento en el que la imagen se proyecta sobre la retina, calculando así el valor de refracción.
La otra herramienta que el especialista utiliza en el examen objetivo es el retinoscopio. Este sirve para medir el poder refractivo del ojo analizando la luz (del retinoscopio) que se refleja en la retina. Por regla general, el paciente se queda a oscuras en la habitación y tiene que mirar desde lejos hacia varios ejes, mientras se proyecta en su pupila una luz.
Después de aplicar el autorrefractómetro y en su caso el retinoscopio, para ser más exacto con los valores, el optometrista realizará un examen subjetivo. Le pedirá al paciente que lea, primero con un ojo y luego con los dos y que responda a preguntas sobre símbolos y figuras. De esta forma, el optometrista, en función de las respuestas, ajustará su graduación hasta que vea más nítido.
Se utilizarán lentes esféricas para la miopía y la hipermetropía, y lentes cilíndricas para el astigmatismo. Se trata de un proceso en el que se coloca las lentes sobre unas monturas de prueba o foróptero.
Si el optometrista ha detectado algún defecto visual gracias al autorrefractómetro u otras técnicas mencionadas anteriormente, se suelen realizar las siguientes pruebas:
Ahora que ya conoces qué es el autorrefractómetro y otras técnicas relevantes para detectar problemas visuales, ¿qué otras dudas te han quedado en el aire? ¡Déjanos tus preguntas aquí en los comentarios!
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